La nata montada es uno de los ingredientes más utilizados en la repostería y en la cocina en general. Se utiliza para decorar postres, para acompañar frutas o para dar un toque especial a ciertos platos. Sin embargo, su preparación puede resultar un poco tediosa y puede manchar bastante la cocina. Por eso, en este artículo te presentamos un truco muy sencillo y práctico para preparar nata montada utilizando una bolsa de plástico. ¡Sigue leyendo para descubrirlo!
¿Por qué utilizar una bolsa de plástico para preparar nata montada?
La nata montada es una crema hecha a base de nata líquida y azúcar, que se bate hasta conseguir una textura esponjosa y firme. Esta técnica requiere de un batidor o una batidora eléctrica, lo que puede resultar un poco engorroso y puede manchar la cocina con salpicaduras de nata. Además, el proceso de batir puede ser un poco pesado para los brazos, especialmente si se prepara una gran cantidad de nata.
Por otro lado, utilizar una bolsa de plástico para preparar nata montada tiene varias ventajas. En primer lugar, es un método mucho más rápido y sencillo que utilizar un batidor o una batidora eléctrica. Además, no se ensucia la cocina ya que todo el proceso se realiza dentro de la bolsa. También es una buena opción si no se dispone de un batidor o una batidora eléctrica en casa. Y por último, es una técnica ideal para preparar pequeñas cantidades de nata, perfecto para cuando se necesita un poco de nata para decorar un postre o un plato.
¿Qué necesitas para preparar nata montada con una bolsa de plástico?
Para preparar nata montada utilizando una bolsa de plástico, necesitarás los siguientes ingredientes y utensilios:
- Nata líquida para montar (con al menos un 35% de materia grasa)
- Azúcar
- Una bolsa de plástico resistente y de buena calidad
- Una cuchara o espátula
- Un recipiente para enfriar la nata
Es importante que la bolsa de plástico sea resistente y de buena calidad para evitar que se rompa durante el proceso de batido. También es recomendable utilizar una bolsa de tamaño medio o grande para que sea más fácil de manejar.
Paso a paso para preparar nata montada con una bolsa de plástico
A continuación, te explicamos los pasos a seguir para preparar nata montada utilizando una bolsa de plástico:
Paso 1: En primer lugar, asegúrate de que la nata líquida esté bien fría. Puedes dejarla en la nevera durante unas horas o incluso puedes meterla en el congelador unos minutos antes de empezar a preparar la nata.
Paso 2: Una vez que la nata esté fría, viértela en la bolsa de plástico. Asegúrate de que la bolsa esté bien cerrada para evitar que se derrame la nata.
Paso 3: Añade el azúcar a la bolsa con la nata. La cantidad de azúcar dependerá de tus gustos personales, pero se recomienda utilizar una cucharada de azúcar por cada 100 ml de nata.
Paso 4: Cierra la bolsa de plástico y comienza a batir la nata. Puedes hacerlo agitando la bolsa de arriba a abajo o golpeándola contra una superficie dura. Este proceso puede tardar unos minutos, así que paciencia y sigue batiendo hasta que la nata esté bien montada y firme.
Paso 5: Una vez que la nata esté montada, retira la bolsa de plástico y coloca la nata en un recipiente para enfriarla en la nevera durante unos minutos antes de utilizarla.
Consejos para preparar nata montada con una bolsa de plástico
Si quieres obtener una nata montada aún más firme, puedes añadir una cucharadita de gelatina en polvo a la bolsa de plástico antes de empezar a batir. La gelatina ayudará a que la nata se mantenga firme por más tiempo.
También puedes añadir otros ingredientes a la bolsa junto con la nata y el azúcar para darle un toque de sabor a la nata montada. Por ejemplo, puedes añadir un poco de extracto de vainilla, ralladura de limón o incluso chocolate en polvo.
Si no tienes una bolsa de plástico resistente, también puedes utilizar una bolsa de tela o un recipiente hermético para preparar la nata montada. El proceso es el mismo, simplemente asegúrate de que estén bien cerrados para evitar que se derrame la nata.
Preparar nata montada utilizando una bolsa de plástico es un truco sencillo y práctico que puede ahorrarte tiempo y esfuerzo en la cocina. Además, es una técnica ideal para preparar pequeñas cantidades de nata y evitar ensuciar la cocina con salpicaduras. ¡Prueba este truco la próxima vez que necesites nata montada y verás lo fácil y conveniente que es!